Este lunes BBVA presentó el estudio “Hacia una economía sin contacto”. 

En el estudio se analizan las tendencias sin contacto más relevantes que han ido reconfigurado nuestra vida, que durante el periodo del confinamiento y distanciamiento físico debido a la pandemia por Covid-19 se aceleraron, y que probablemente conservarán un fuerte dinamismo en los próximos años.

Puntos clave

Entre los puntos destacables del estudio se encuentran:

  • Mayor inclusión digital en el mundo entre los grupos de edad y por género
  • Uso de pagos digitales a un ritmo más rápido: más tecnologías sin contacto, menos efectivo.
  • Aceleración de las tendencias del e-commerce: el futuro del comercio a consumidores
  • Recuperación lenta de la economía de la experiencia y más experiencias digitales
  • Más trabajo remoto desde casa. Crecimiento de la educación a distancia en escuelas y universidades. ¿Hacia el auge de la telemedicina?

Ante los crecientes avances tecnológicos y en telecomunicaciones en el mundo, observados al menos en las últimas tres décadas, los procesos cotidianos de los individuos, empresas, gobiernos y sectores académicos y sociales se han ido modificando para incorporar estos avances, no solo para hacer crecer la productividad y disminuir costos, sino también para aumentar las interacciones y vínculos entre las personas.

Hoy en día, en un contexto internacional adverso causado por la pandemia del Covid-19 y de las acciones de distanciamiento físico para contener los contagios, los agentes económicos que ofrecen y demandan bienes y/o servicios han tenido que acelerar la incorporación y adaptación del uso de tecnologías en las fases de producción, distribución y consumo, con la finalidad de poder interactuar disminuyendo el contacto entre personas.

Por ello, toma relevancia hablar del papel de la economía sin contacto (Contact-Free Economy) no sólo como una herramienta coyuntural para la continuidad de algunas actividades económicas en tiempos de la pandemia, sino como un medio que, una vez implementado, forme parte de la nueva realidad de una sociedad con y sin contacto.

En un sentido amplio, el término hace referencia a las actividades económicas que se realizan sin que exista un contacto físico entre las personas, ya sea que estén de forma presencial o remota. Particularmente, la economía sin contacto cobra más relevancia cuando se analizan las transiciones de diversas actividades y sectores económicos que tradicionalmente se hacían con contacto físico de personas hacia modalidades o sustitutos sin contacto. Este paradigma está inmerso en un contexto continuo de cambios tecnológicos, culturales y sociales, y con fuerte impulso debido a la pandemia.

Si bien es cierto que esta etapa de distanciamiento físico causado por el Covid-19 tendrá que ceder, esperamos ver que los resultados obtenidos por acelerar el crecimiento hacia una economía sin contacto nos hereden procesos de producción, distribución y consumo más eficientes de los que se tenían antes de esta pandemia.

Hacia un México sin Efectivo

Al respecto Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA señaló: “Creemos que se debe aprovechar la coyuntura de la pandemia, donde las personas han ido perdiendo el miedo a medios digitales, para intensificar de forma notable el uso de medios de pago digitales, y para desincentivar el uso del efectivo”.

El economista en jefe de BBVA destacó que un México en el que haya un mucho menor uso del efectivo, será un mejor país, dado que si se logra dar la batalla, habrá menos criminalidad lo mismo que evasión fiscal y traslados de las personas, y al mismo tiempo una mayor eficiencia en las transacciones.

Mencionó que hoy el 85% de los pagos en el país se realiza en efectivo, por lo que el potencial es enorme.

“Creemos que podemos ir por los caminos de los países nórdicos donde ahora prácticamente no hay efectivo. Ahí es al revés: ahí más del 90% de todos los pagos se hacen por medios digitales. Incluso esos países han llegado al extremo de reducir muchos de los billetes en circulación”, dijo.