En días pasados les hablé de los tipos de fraudes cibernéticos y robo de identidad, hoy complementamos la nota con algunas recomendaciones para prevenir este tipo de delitos.

  • No proporciones tu Número de Identificación Personal (NIP), ni cual­quier otro dato personal que esté ligado a tus finanzas.
  • Cambia tus contraseñas de acceso con frecuencia.
  • Si requieres abrir una cuenta personal en una computadora de acceso público, asegúrate de cerrarla correctamente antes de retirarte.
  • Evita realizar sesiones de compras o transferencias electrónicas en computadoras de uso público o compartido.
  • Antes de tirar a la basura algún documento que tenga información personal o financiera, destrúyelo por completo y verifica que ningún dato pueda ser extraído.
  • No des “clic” o abras vínculos sospechosos.
  • No respondas ningún mensaje de correo sospechoso, de remitentes desconocidos o aquellos que te dicen haber ganado un premio, viaje o sorteo, ya que generalmente requieren de tus datos personales para otor­garte la recompensa.
  • Verifica que el sitio en el que navegas cuente con el protocolo de seguridad “https://” y un candado cerrado en la barra de direcciones.
  • Por ningún motivo ingreses tus contrase­ñas, sobre todo bancarias, en sitios al que se llegó por un enlace en correo electrónico o mensaje instantáneo. Lo recomendable es ingresar directamente a la dirección oficial de la Institución Financiera.
  • Procura que tus contraseñas sean seguras, no pongas fechas de nacimiento o algún dato personal que sea fácil de responder.
  • Si descargas aplicaciones, realízalas por medio de las tiendas y desarrolladores oficiales.
  • Recuerda que las instituciones financieras NUNCA solicitan datos personales o financieros por teléfono o internet cuando no sea el usuario quien inicie una operación.
  • No abras páginas sospechosas ni mensajes de desconocidos.
  • Si realiza compras a través de internet, analice si las ofertas son demasiado buenas para ser verdad, verifique la reputación del vendedor y guarda cualquier comprobante de la compra.
  • Instala un buen programa antivirus en las computadoras y dispositivos móviles y mantenerlo actualizado.

Cabe precisar que entre más evoluciona el mundo cibernético más se complica la seguridad y más costosa va siendo. De acuerdo con el artículo “El estado de la ciberseguridad en México: una visión general”, el costo de los incidentes de cibercrimen en el mundo pasará de 3 billones de dólares a principios de 2015 a un estimado de 6 billones para 2021.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informa que, al segundo trimestre de 2016, habían 65.5 millones de usuarios de internet en México, desde 5 millones existentes en 2000, esto es, 60% de la población de seis años y más y 5% superior a los registrados el año previo. Por hogares, 47% de ellos (15.7 millones) contaban con conexión a internet, 7.8 puntos porcentuales más que en 2015.

Mientras que los usuarios de teléfono celular representan el 73.6% de la población de seis años o más, donde tres de cada cuatro cuentan con un teléfono inteligente. Este avance no sólo representa beneficios para la población usuaria, sino también conlleva riesgos como códigos maliciosos, accesos no autorizados, phishing, entre otros, que constituyen delitos cibernéticos.

Al respecto, el reporte “Métricas de Ciberseguridad en México” elaborado por The Social Intelligent Unit (SIU) señala que México cuenta con algunas herramientas cuyo objeto es prevenir y combatir las ciberamenzas, como por ejemplo:

  • Colabora internacionalmente a través del Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad Cibernética (CERT-MX), el cual se dedica a preparar al país para ciberataques relacionados con la infraestructura crítica, gestionar respuesta ante este tipo de ataques, entre otras actividades.
  • La Policía Federal cuenta con División Científica de la cual deriva la Unidad Especializada para la Atención de Delitos Cibernéticos que atiende solicitudes de apoyo a este tipo de delitos.

En este sentido, el Índice de Ciberseguridad Global (ICG) 2017 realizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y que mide el grado de compromiso de los gobiernos de 193 países en torno a la ciberseguridad, coloca a México en la posición 28 a nivel global en esta materia, con una calificación de 0.66 (mínima 0, máxima 1), similar a la del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de 0.65, pero muy por arriba del promedio de América latina y el Caribe, donde ocupa el primer lugarSingapur es el país con la mayor calificación en esta edición, seguido de los Estados Unidos.

Con la finalidad de avanzar en las debilidades y reforzar las fortalezas de nuestra ciberseguridad, el Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, anunció en octubre de 2016 una estrategia nacional en materia de ciberseguridad, en particular, en el ámbito del sistema financiero, no sólo por el incremento del número de casos de cibercrímenes en este sector, sino también para mitigar el riesgo de pérdidas patrimoniales tanto de los usuarios de productos y servicios financieros como de las propias instituciones que los brindan, así como por el impacto que esto tiene en la estabilidad del sistema financiero en su conjunto.

La estrategia tiene como objetivos contar con un protocolo para anticipar ataques y tener capacidad de respuesta rápida para que la información y transacciones estén protegidas. Ésta se basa en 5 principios:

  1. Adoptar y mantener actualizadas políticas, métodos y controles para identificar, evaluar, prevenir y mitigar los riesgos de ciberseguridad.
  2. Establecer mecanismos seguros para el intercambio de información entre los integrantes del sistema financiero y las autoridades, sobre ataques ocurridos en tiempo real y su modo de operación, estrategias de respuesta, nuevas amenazas, resultado de investigaciones y estudios, que permitan a las entidades anticipar acciones para mitigar los riesgos de ciberataques; lo anterior, protegiendo la confidencialidad de la información
  3. Impulsar iniciativas para actualizar los marcos regulatorios y legales que hagan converger las acciones y esfuerzos de las partes, considerando las mejores prácticas y acuerdos internacionales.
  4. Colaborar en proyectos para fortalecer los controles de seguridad de los distintos componentes de las infraestructuras y plataformas operativas que soportan los servicios financieros del país, promoviendo el aprovechamiento de las tecnologías de información.
  5. Fomentar la educación y cultura de la ciberseguridad entre los usuarios finales y el personal de las propias instituciones

El internet es una estructura de comunicación y de hacer negocios a nivel mundial, por lo que proteger esta infraestructura cibernética contra cualquier ataque es fundamental para el crecimiento de cualquier país.