El bienestar subjetivo es un aspecto constitutivo de la medición del Progreso de las Sociedades, enfoque que surge de la discusión y consenso internacional acerca de lo que debe considerarse como elementos fundamentales de condiciones de vida y calidad de la misma, donde más allá de los satisfactores expresables en términos monetarios, como la producción o el ingreso per cápita, se incluyen aspectos de gran trascendencia para la sociedad y los individuos que la conforman, entre los que se encuentran la perspectiva personal sobre su propia situación y la de su entorno, su fortaleza y balance anímico.

El bienestar subjetivo se observa a partir del reporte que hacen los individuos respecto de su propio bienestar, con relación a tres aspectos: 1) satisfacción con la vida en general y con ámbitos específicos de la misma, denominados dominios de satisfacción; 2) fortaleza de ánimo y; 3) balance anímico, que explora la prevalencia de estados anímicos positivos o negativos en un momento de referencia.

Para su medición, el INEGI ha implementado instrumentos de captación conocidos como módulos de Bienestar Autorreportado (BIARE) por medio de los cuales se solicita, a personas de 18 y más años de edad, que consideren los tres aspectos anteriores y les otorguen una calificación. El diseño conceptual de BIARE considera los lineamientos emitidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la que México es miembro.

En esta ocasión, se presenta información actualizada del módulo “BIARE básico” a julio de 2018, mismo que desde julio de 2013 acompaña, durante el primer mes de cada trimestre, al levantamiento de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), con una muestra de 2 336 viviendas distribuidas en 32 ciudades (una por entidad federativa). BIARE básico brinda, por tanto, seguimiento continuo a información representativa de la población urbana adulta del país.

Los resultados del BIARE básico muestran que, en una escala de 0 a 10, el promedio de satisfacción con la vida, reportado por la población adulta urbana en julio de 2018 se situó en 8.3, mientras que en julio de 2017 el promedio de satisfacción alcanzó un valor 8.2.

En julio de 2018, los ámbitos específicos de la vida, o dominios de satisfacción, presentan el mismo orden respecto a la valoración otorgada por la población que en julio del año anterior. Las relaciones personales son el ámbito mejor valorado al observar el promedio más alto (8.7). En contraste, aspectos que van más allá de la esfera privada de interacción, como el país y la seguridad ciudadana, nuevamente son los ámbitos peor valorados, al registrar los menores promedios: 6.8 y 5.4, respectivamente. Es importante señalar, sin embargo, que estos rubros fueron mejor calificados que en julio de 2017, cuando se ubicaron en 6.2 y 4.9, de modo que si bien no cambió el orden o jerarquía de valoración (son los de nivel más bajo de satisfacción) sí fueron los que más incremento presentaron.

En general, los aspectos que se mantuvieron sin cambios son los que ya encabezaban desde hace un año los mayores niveles de valoración tales como relaciones personales, actividad u ocupación y vivienda, de modo que el movimiento hacia un avance proviene de los aspectos o dominios de menor nivel de valoración.

El balance anímico de la población urbana de 18 y más años, en una escala que va desde -10 hasta +10, indica un predominio de los estados anímicos positivos sobre los negativos, dando como resultado un promedio de balance anímico general de 6.4 en julio de 2018, mientras que, en julio de 2017, el promedio se situaba en 6.2.

El INEGI da a conocer los resultados del BIARE Básico dos veces por año. En esta ocasión se presentan los que corresponden a julio de 2018.