Durante el cuarto trimestre de 2019 la economía mundial continuó mostrando un ritmo de crecimiento menor al esperado, en un contexto caracterizado por tensiones comerciales –si bien atenuadas con relación al primer semestre del año– un deterioro de la producción industrial en la mayoría de las principales economías y menores flujos de inversión, así como una mayor incertidumbre política a nivel global.

En este contexto, durante el último trimestre de 2019 continuó la sincronía en la desaceleración de las economías avanzadas y emergentes, si bien la actividad económica en Estados Unidos mostró resiliencia y se dieron avances en las negociaciones para lograr acuerdos en las disputas comerciales.

Las expectativas de un entorno comercial menos adverso se reflejaron en un aumento en los precios de diversas materias primas, como el oro, los alimentos y el petróleo, así como en una menor volatilidad y aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales. Asimismo, en el trimestre que abarca este informe, se observó una apreciación generalizada en los tipos de cambio de las principales economías emergentes y avanzadas con respecto al dólar estadounidense.

Durante el último trimestre del año, los bancos centrales de las principales economías avanzadas mantuvieron una postura de política monetaria acomodaticia, lo cual reflejó la existencia de señales de desaceleración de sus economías y menores presiones inflacionarias.

Esta postura de política monetaria en las economías avanzadas, particularmente en Estados Unidos, otorgó margen a los bancos centrales de economías emergentes para reducir sus tasas de referencia ante menores presiones inflacionarias y con el objetivo de estimular la demanda interna.

En línea con el proceso de desaceleración en la actividad económica global aunado a factores internos, la actividad económica en México ha mostrado una desaceleración en su ritmo de crecimiento. Muestra de ello es la contracción en las actividades industriales, específicamente en los sectores automotriz, minería y
construcción, así como la disminución en los niveles de gasto de inversión privada y de consumo público.

No obstante la marcada desaceleración, el mercado laboral continuó mostrando un desempeño favorable. Los salarios reales (contractuales y de cotización en el IMSS) y las remuneraciones reales por persona ocupada en el sector manufacturero exhibieron incrementos anuales en términos reales.

En materia de precios, durante el cuarto trimestre de 2019 se consolidó el proceso de convergencia de la tasa de inflación hacia su nivel objetivo de 3%. La reducción de la inflación general fue resultado principalmente de las reducciones registradas en el componente no subyacente, en particular, en los productos energéticos.

Por su parte, el componente subyacente se ha mantenido relativamente estable en niveles superiores al objetivo de 3%, pero dentro del intervalo de variabilidad de este objetivo. En consecuencia, durante el cuarto
trimestre, la Junta de Gobierno del Banco de México realizó dos recortes adicionales de 25 puntos base a su tasa de referencia, ubicándola al cierre de diciembre en un nivel de 7.25%. Al cierre del cuarto trimestre, el tipo de cambio registró una apreciación de 4.27%.

Adicionalmente, la variación de la moneda respecto al dólar mostró una muy baja volatilidad en comparación con los trimestres anteriores, lo cual fue un reflejo de la mayor probabilidad de lograr acuerdos comerciales a nivel global y en particular la mayor certidumbre en la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos
y Canadá (T-MEC) por el Congreso estadounidense en el mes de enero.