·Revisa, compara y decide la mejor opción para ti.
·Revisa que la institución en la que invertirás tu dinero esté registrada en el Sistema de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES): https://webapps.condusef.gob.mx/SIPRES/jsp/pub/index.jsp

 

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) orienta a las y los usuarios que desean convertirse en inversionistas, sobre lo básico en torno a este tema.

La inversión es una herramienta que cuenta con grandes beneficios, aunque es poco conocida, incluso entre las personas adultas. Aunque este hábito suele asociarse erróneamente con las personas de altos ingresos económicos y los profesionales de las finanzas, actualmente existen opciones con las que puedes invertir desde 100 pesos y realmente son accesibles para todas y todos.

Invertir es colocar tu dinero en instrumentos financieros para recibir beneficios a corto, mediano o largo plazo. Es importante no confundir la inversión con el ahorro, ya que, si bien el segundo es vital para la existencia del primero, el destino del dinero es muy distinto en ambos casos.

En el ahorro, tú eres la única persona responsable de hacer crecer tu capital, en tanto que la inversión consiste en dejar que tu dinero crezca por su propia cuenta con ayuda de instrumentos financieros.

Entre los conceptos clave que debes conocer antes de invertir, se encuentran:

  • Capital: es el dinero con que se cuenta para invertir.
  • Instrumento de inversión: es el medio a través del cual inviertes tu dinero.
  • Rendimiento: es la ganancia que obtienes por invertir tu dinero.
  • Plazo: es el tiempo durante el cual mantienes tu dinero en un instrumento de inversión.
  • Riesgo: probabilidad de que pierdas el dinero que tienes invertido. Recuerda que, a mayor riesgo, mayor rendimiento.
  • Liquidez: capacidad de disponer dinero en efectivo en un determinado momento.

Antes de decidir dónde y en qué invertir, toma en cuenta que para alcanzar mayores ganancias deberás tolerar mayores riesgos. Los tipos de mercados que existen en nuestro país son los siguientes:

  • Mercado de deuda: son instrumentos de inversión de bajo riesgo y los emiten principalmente los organismos gubernamentales, son de corto, mediano y largo plazo. Un ejemplo claro es Cetesdirecto.
  • Mercado de capitales: son instrumentos que cotizan en la bolsa de valores. Pueden tener mejor rendimiento que los instrumentos de deuda, pero el riesgo es mayor.
  • Mercado de derivados: son instrumentos cuyo precio o valor dependen del precio de otro activo denominado activo subyacente, que puede ser un índice bursátil, una materia prima, o cualquier otro tipo de activo financiero como las divisas y el tipo de cambio.

Para elegir adecuadamente dónde vas a invertir debes tener en cuenta: el monto de dinero que vas a invertir (capital); objetivo y horizonte de tu inversión, es decir, el plazo que esperarás para que se produzcan resultados; estrategia de inversión; políticas de inversión; riesgos a los que estás expuesto y la tolerancia que tendrás a éstos; disponibilidad de dinero (liquidez); costos y comisiones; etapa de vida en la que te encuentras.

Cuando se trata de invertir, lo más recomendable es no apostar todo en un sólo instrumento, o como dice el refrán: “no poner todos los huevos en una sola canasta”. Debes saber que todas las inversiones llevan un riesgo, sin embargo, tener un producto con un portafolio diversificado ayudará a minimizar el riesgo y tener tu dinero en distintos activos.

Lo más recomendable es que busques un asesor financiero que te guíe e identifique tus necesidades específicas para que puedas invertir en el mejor producto, es decir, que te ayude a determinar tu perfil de riesgo (conservador, moderado o arriesgado). Recuerda que invertir no es algo que puedas decidir con recomendaciones de tus amigos o familiares, necesitas una opinión profesional.

Toma en cuenta que existen personas que buscan obtener un beneficio propio, dañando la economía de otra, es por eso que debes desconfiar de aquellas instituciones y/o agentes que te ofrezcan grandes ganancias en poco tiempo, podría tratarse de un fraude.

Antes de invertir toma en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • No pongas en riesgo los recursos que necesitas para gastos necesarios como la alimentación, renta, transporte, colegiaturas, pago de servicios, etc.
  • Invierte tus ahorros en más de una opción de inversión.
  • Considera el plazo, invertir requiere paciencia, recuerda que a un mayor plazo el rendimiento de tu dinero puede ser mayor. No esperes obtener grandes ganancias a corto plazo.
  • Infórmate al invertir, no te vayas con la primera opción que se te presente, analiza y compara.
  • Revisa que la institución en la que invertirás tu dinero esté registrada en el Sistema de Prestadores de Servicios Financieros (SIPRES): https://webapps.condusef.gob.mx/SIPRES/jsp/pub/index.jsp
  • Desconfía de inversiones que te prometan rendimientos fabulosos, mucho mayores que otros y con “poco riesgo”.
  • Lee el contrato y aclara todas tus dudas.
  • Si retiras tu dinero antes del plazo acordado, la institución te puede cobrar una comisión por retiro anticipado, pregunta al respecto.
  • Revisa los gastos de administración y las comisiones que debes pagar a las instituciones financieras por el tipo de producto que elegiste para invertir.
  • Fíjate que el rendimiento que te ofrezcan sea mayor a la inflación con la finalidad de que tu dinero no pierda valor con el paso del tiempo.
  • Busca una institución que te asigne un asesor, el cual resuelva tus dudas y trabaje contigo en equipo.
  • Antes de invertir en una Institución de Tecnología Financiera (ITF) o Fintech, revisa que esté autorizada por la CNBV y CONDUSEF.
  • Respecto a operaciones con criptomonedas, la o el usuario debe saber que el activo virtual no es moneda de curso legal y no está respaldado por el Gobierno Federal, ni por el Banco de México; la imposibilidad de revertir las operaciones una vez ejecutadas; la volatilidad del valor del activo virtual, y los riesgos tecnológicos, cibernéticos y de fraude inherentes a los activos virtuales.