Sólo el 6.5%de las casas en México tienen un seguro voluntario, es decir que no corresponde al seguro del crédito hipotecario. Sin embargo, los mexicanos consideramos la casa como nuestro principal patrimonio y ¡no lo aseguramos!

Lo ideal sería enfrentar imprevistos sin realizar algún desembolso, sin embargo eventualidades como incendios, terremotos, inundaciones o hasta daños causados por inquilinos pueden impactar seriamente a tu economía. Por ello, es fundamental que prevengas y cuentes con un seguro que proteja tu inmueble, como el seguro de casa.

¿De qué te protege?

• Daños en la construcción de la vivienda y contenidos, derivados de causas naturales como incendios, rayos o inundaciones (cobertura básica).

Algunos daños de los que puedes cubrirte, con un costo adicional son:

• Daños derivados de huracanes, golpe de mar, marejada, nevada, vientos tempestuosos, etc.; hidrometeorológicos o por terremotos y erupción volcánica.

• Perjuicios o daños no dolosos causados a terceros o a sus bienes, por ejemplo, una fuga de agua que inunde una vivienda contigua.

• Gastos que el asegurado tenga que realizar a consecuencia de desmontaje, demolición, limpieza, acarreos y/o remoción de escombros.

• Ruptura de cristales.

Forma en la que te pagarán

Usualmente el pago de indemnización, en caso de siniestro, corresponde al valor de construcción, reconstrucción, reparación o adquisición e instalación de los bienes dañados, por otros de igual clase a los que se tenían al momento del siniestro, con un tope máximo hasta la suma contratada. También aplica para coberturas adicionales, así que verifica el monto amparado (suma asegurada) por cada cobertura que contrates.

Exclusiones. Algunas de las situaciones que la aseguradora no cubre son:

Aguas subterráneas o freáticas que ocasionen filtraciones a través de la cimentación de los pisos o muros, fracturas de dicha cimentación o de los muros.

Asentamiento, contracción, hundimientos, desplazamientos, derrumbes, deslaves, expansión o agrietamiento en los bienes asegurados.

Esto es debes considerar antes de contratar un seguro son:

1. Valor de la construcción. Consulta algún asesor de seguros antes de contratar y declara la verdad sobre el valor de la vivienda, ya que si indicas una suma menor a la real, el monto de tu prima probablemente se verá disminuido, pero también la indemnización.

2. Riesgos derivados de su ubicación. Analiza algunos factores de riesgo como: ¿ocurren frecuentemente terremotos?, ¿hay huracanes?, ¿llueve mucho?, ¿se inunda?, etc.

3. Daños causados a terceros. ¿Podría inundarse la vivienda contigua?, ¿un incendio dañaría otra casa? Chécalo con tu aseguradora, ya que no se trata de que contrates un seguro que no te beneficiará.

4. Especifica sus características. Indica si la vivienda es propia o rentada, el domicilio donde se localiza el inmueble, su valor aproximado, número de niveles, tipo de vivienda (casa o departamento), tipo de construcción y acabados, entre otras. Usualmente el costo del seguro se determina por estas características.

En caso de que seas inquilino, también puedes ampararte de futuros desembolsos, al contratar un seguro de casa. Acércate a la aseguradora de tu elección y consúltalo, no te quedes sin protección.