Históricamente, el mundo del transporte de carga pesada ha sido dominado por hombres. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la participación de las mujeres en las empresas de transportes se percibe como baja. Las mujeres que ingresan a estas empresas lo consiguen gracias a su nivel de estudio y, en términos relativos, las mujeres con mayor nivel de estudio superan a los hombres. En 2022, el promedio de participación del personal ocupado en los transportes fue de 77.3% de hombres y 22.7% de mujeres.
Datos de la Secretaría de Economía nos dicen que la fuerza laboral de conductores de camiones, camionetas y automóviles de carga durante el tercer trimestre de 2023 fue 1.19 millones de personas, trabajan alrededor de 48.4 horas a la semana. La edad promedio de los conductores es de 41.3 años. La fuerza laboral se distribuyó en 97.7% hombres con un salario promedio de $8,340 y, 2.27% mujeres con salario promedio de $4,990.
Para Aidé Ponce, Gerente de la región norte de la empresa ensambladora de camiones de carga ELAM-FAW esto es una oportunidad de integrar a más mujeres como operadoras de unidades de transporte de carga, “sabemos que hay retos muy grandes en el sector del transporte, pero las mujeres podemos afrontarlos, no podemos dejar de lado que la inseguridad en las carreteras es una realidad que no distingue de sexos, pero con trabajo conjunto de empresas transportistas y autoridades se les podrá hacer frente. La equidad de género en la carretera es una realidad que ayudará a terminar con la escasez de personal operativo en el sector”.
La International Road Transportation Union (IRU) dio a conocer que en México la escasez de choferes es de 56,000 vacantes, un 9% de la actual plantilla y de no atender las causas que provocan la escasez de profesionales al volante, para el 2028 las plazas sin ocupar podrían llegar a las 106,000.
La inclusión de más mujeres como operadoras de camiones de carga pesada no solo es un paso hacia la equidad de género, sino que también conlleva importantes beneficios económicos. La inclusión de las mujeres en un ámbito como el sector de transporte de carga pesado puede contribuir a cumplir el objetivo de desarrollo sostenible número 8 que consiste en promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos. En el contexto del transporte de carga, esto se traduce en una mayor eficiencia y productividad en las operaciones.
Aidé indica que “si bien la inclusión de las mujeres en roles tradicionalmente masculinos como el de operadoras de camiones de carga pesada es un paso en la dirección correcta, no está exenta de desafíos. La industria del transporte sigue siendo predominantemente masculina, lo que puede crear barreras y desafíos únicos para las mujeres que desean ingresar a este campo. Es crucial implementar programas de capacitación y políticas de igualdad de oportunidades para garantizar que todas las personas, independientemente de su género, tengan las mismas oportunidades de éxito en esta industria”.
La inclusión de las mujeres como operadoras de camiones de carga pesada en México no solo es una cuestión de equidad de género, sino también una el punto de vista económico y de seguridad vial. Al romper con los estereotipos de género y superar los desafíos, se puede construir un futuro más inclusivo y próspero para todos en la industria.