¡Entiéndelos antes de firmar!
Cuando contratas un seguro, muchas veces la atención se centra en la suma asegurada, el costo de la prima o los beneficios adicionales. Sin embargo, dos conceptos determinantes para tu bolsillo suelen pasar desapercibidos: el deducible y el coaseguro. Entenderlos a fondo puede marcar la diferencia entre sentirte protegido o experimentar una desagradable sorpresa al usar tu póliza.
¿Qué es el deducible?
El deducible es la cantidad fija de dinero que debes pagar de tu propio bolsillo antes de que el seguro comience a cubrir los gastos.
- Ejemplo: si tu deducible es de $10,000 y tienes un accidente que genera gastos médicos de $50,000, tú pagas los primeros $10,000 y la aseguradora cubre el resto (menos el coaseguro).
- Importante: el deducible aplica por cada siniestro, salvo que la póliza especifique un esquema anual.
¿Qué es el coaseguro?
El coaseguro es el porcentaje de los gastos que compartes con la aseguradora una vez superado el deducible.
- Ejemplo: siguiendo el caso anterior, si después del deducible quedan $40,000 y tu coaseguro es de 10%, deberás cubrir $4,000 y la aseguradora los $36,000.
- Casi siempre existe un tope máximo de coaseguro para proteger al asegurado.
¿Por qué son clave?
Porque definen la forma en que se distribuye el riesgo económico entre tú y la aseguradora. Un deducible alto generalmente reduce el costo de tu prima, pero significa que en caso de siniestro deberás asumir un gasto mayor. En cambio, un deducible bajo implica una prima más cara, pero menor desembolso al usar el seguro. Lo mismo sucede con el coaseguro.
Tips para elegir bien tu deducible y coaseguro
- Evalúa tu capacidad de pago inmediato: Pregúntate cuánto podrías pagar de tu bolsillo en caso de un accidente o enfermedad. Ese monto puede guiar el nivel de deducible que te conviene.
- Balancea prima vs. desembolso: Si quieres pagar menos cada mes, opta por deducibles más altos, pero asegúrate de tener un fondo de emergencia.
- Verifica el tope de coaseguro: Revisa cuál es el máximo que podrías pagar. No lo pases por alto: puede ser la diferencia entre una carga soportable y un golpe financiero.
- Analiza tu historial y estilo de vida: Si rara vez utilizas servicios médicos, un deducible más alto puede ser buena opción. Si tienes condiciones crónicas, conviene menor deducible y coaseguro.
- Pregunta, compara y exige claridad: Antes de firmar, pide ejemplos numéricos al agente para entender cómo funcionaría tu póliza en la práctica.
El seguro no es solo un contrato: es una estrategia de gestión de riesgos. Y en esa estrategia, deducibles y coaseguros son piezas centrales que debes comprender y elegir conscientemente. Recuerda: la tranquilidad financiera que buscas con tu póliza depende de que sepas exactamente cuánto pagarías en caso de necesitarla.