Si tienes tiempo siguiendo mi programa de radio Saber Gastar, o sigues mis redes sociales, habrás visto algunos post sobre las desventajas de ahorrar en tandas. Una práctica muy común en nuestro país, pero que suele ser arriesgada por la informalidad que representa su sistema.
Por otro lado, la opción está en las inversiones formales, por eso hoy veremos las características de ambos instrumentos y tú decidirás qué elegir.
TANDAS
- El único respaldo que tienes es la confianza que mantengas en quien organiza dicho grupo.
- Si son diez quienes participan y tienes la suerte de llevarte el último número, nadie te podrá dar un anticipo. Si eres de los primeros disfrutarás del monto acordado pero seguirás pagando el número.
- Tiene que ser riguroso, efectivo y darlo en mano a quien lo organice. En el ciertos los casos tendrás que hacer un traspaso que cobra comisión.
- ¡Cero rendimientos! Por el contrario, si en el plazo hubo una inflación alta ese dinero perdió valor porque quien organiza la tanda no para rendimientos.
- Todo ello suponiendo que nadie dejó de pagar su número ni se fueron con la lana.
INVERSIÓN
- Inviertes en valores que están protegidos por el gobierno federal.
- Al vencimiento del instrumento puedes determinar si reinvertir o disponer de tu dinero.
- El depósito lo puedes programar desde tu cuenta bancaria o dar instrucciones para que se realicen cargos automáticos de manera periódica, como en el caso de Cetes (ahorro recurrente).
- La tasa varía respecto al instrumento de inversión elegido y el plazo determinado que elijas, con la ventaja de elegir productos que le ganan a la inflación.