Profeco nos recomienda cómo optimizar la ida a comprar suministros y no derrochar recursos. Por supuesto no sólo siguiendo el cuidad de las finanzas personales sino «susana distancia» y desinfectando los productos al llegar a casa.

La ida al mercado o supermercado para abastecernos puede ser desde un momento de dispersión, hasta algo abrumador. No dejes que esto último gobierne tus compras.

Consecuencias económicas

Aunque tener productos en abundancia puede generar tranquilidad, las compras desmesuradas provocan un rápido aumento en el volumen de artículos, lo que hace que aumente el precio de un bien pues al reducirse la oferta crea una mayor demanda, lo que lleva a una mayor inflación.

Es decir, incrementos de precios afectando el poder adquisitivo de las familias. Además, no todas las personas pueden obtener las cosas que necesitan debido al comportamiento de quienes física o económicamente sí pueden hacerlo.

No hay necesidad de hacer un acopio excesivo de productos, pudieras incluso llegar al desperdicio de alimentos y dinero.

Al momento de comprar pregúntate: ¿Realmente lo necesito?, ¿me afecta no tener este último producto del anaquel en mi casa?

Te brindamos algunas recomendaciones para que optimices tus compras, consumas razonadamente y con calma:

  • Haz un inventario de lo que tienes, mínimo para cubrir tus necesidades y las de tu familia durante los próximos 15 días.
  • Haz una lista de lo que vas a comprar y apégate a ella. Lleva el control de lo que consumirás en los próximos días y anótalo.
  • Un presupuesto te permitirá controlar cualquier impulso de compra, genuino o provocado.
  • Compra lo verdaderamente necesario de acuerdo con tus necesidades específicas y cotidianas.
  • Sé previsor mas no acumulador.
  • Registra las fechas de caducidad.
  • Divide tu lista, esto te permitirá una mejor visualización de lo que necesitas y acortarás tus tiempos de desplazamientos en tiendas o mercados públicos.
  • Compra inteligentemente, con conciencia, orden y, sobre todo, calma.
  • En familia armen un menú atendiendo las necesidades personales y nutrimentales de cada persona (por ejemplo, si alguien sufre de diabetes o hipertensión).