En México se requiere trabajar más en el hábito del ahorro y ser más conscientes en la construcción de las bases del futuro que se desea después de la etapa laboral.

Según datos arrojados en la Encuesta Nacional sobre la situación que enfrentan las personas en edad de retiro laboral realizada por la Asociación Mexicana de Afores (AMAFORE), encontramos que:

  • 41% de los encuestados todavía trabaja.
  • 28% es dependiente económico de algún familiar.
  • Sólo 23% hizo en alguna etapa de su vida planes para el retiro laboral.
  • 37% realizó algún tipo de ahorro o inversión por iniciativa propia para cuando ya no pudiera trabajar.

Los principales argumentos de quienes se resisten a ahorrar desde que inicia su vida laboral son:

  • Aún falta mucho tiempo, no necesito preocuparme de eso ahora…
  • Ya mis hijos verán por mí en el futuro…
  • No creo que cambie mi calidad de vida a futuro…
  • Realmente no me interesa por ahora saber acerca de mi Afore…

La cultura de ahorro en países europeos y asiáticos data de cientos de años atrás, por ejemplo; durante el siglo XIX, los gobiernos europeos buscaron formas de inculcar el hábito del ahorro, a través de múltiples bancos que permitieron a las masas ahorrar, al aceptar pequeños depósitos y la colocación de cajas de ahorro postal, en ellas los ahorradores podían hacer depósitos bancarios en cualquier agencia de correo, y para los niños y jóvenes, se instituyeron cajas de ahorro en las escuelas. Asimismo, durante las dos guerras mundiales, los ciudadanos fueron concientizados de la importancia de ahorrar. Dichas campañas continuaron en Japón y Europa mucho después de 1945 para financiar la reconstrucción. Dichos factores fomentaron la cultura del ahorro que hoy en día perdura en muchas economías avanzadas.[1]

Fuente: CONDUSEF

[1] The New York Times. Why we spend, why they save, 2011.