El investigador turco Daron Acemoglu ganó el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Economía, Finanzas y Gestión de Empresas por lograr establecer el efecto causal de las instituciones sobre el desarrollo económico, con una innovadora combinación de análisis teórico y empírico.
El jurado encargado de la concesión del premio presidido por Eric Maskin, premio Nobel de Economía, señaló que esa combinación ha influido no sólo en el campo de la economía, sino también en la ciencia política, la historia y de manera general en todas las ciencias sociales.
El secretario del jurado, Manuel Arellano, indicó que Acemoglu «es un investigador singular porque combina una obra prolífica y de altísima calidad, que aborda distintos campos de investigación, realizando contribuciones significativas en todos ellos, con un enfoque tanto teórico como empírico”.
El jurado destacó su contribución “por ayudar a comprender los determinantes del desarrollo económico a largo plazo, con especial énfasis en la importancia que tienen sobre éste las instituciones y la organización de la sociedad».
Aseguró que lo novedoso de la aportación de Acemoglu, catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fue desarrollar una estrategia para encontrar evidencia empírica, lo que le permitió establecer el efecto causal de las instituciones sobre el desarrollo.
Resaltó que su investigación ha abierto todo un campo en el que los investigadores pueden medir y cuantificar el efecto del modelo institucional en el desarrollo de una sociedad a distintas escalas.
La economía del crecimiento explora por qué unos países son más ricos que otros y es un campo de investigación que se desarrolló sobre todo a partir de los años 50 del pasado siglo gracias al trabajo de Robert Solow, ganador del Premio Nobel en 1987 y uno de los que nominaron a Acemoglu.
Sin embargo, no había consenso sobre los factores que determinaban el crecimiento ni una evidencia empírica al respecto.
El propio Solow, en su nominación, citó «La introducción a la economía del crecimiento» (2009) de Acemoglu como la obra clave que ha ofrecido herramientas, modelos y conocimiento para los investigadores que quieran profundizar en este campo.
No obstante, fue antes, en 2001, cuando Acemoglu publicó «Los orígenes coloniales del desarrollo comparativo: una investigación empírica», junto a los profesores Simon Johnson y James Robinson.
En ese artículo, y frente al determinismo geográfico imperante, se aportaba evidencia empírica del efecto causal de las instituciones en el crecimiento económico, tomando como punto de partida el dato de mortalidad de los colonos.
En colonias con mayor supervivencia, los colonos intentaban replicar las instituciones de sus países de origen y a la larga el crecimiento económico era mayor y sostenido con efecto a largo plazo.
Por ejemplo, comparaban la situación de Nigeria y Chile en el año 1995 y llegaban a la conclusión de que con instituciones similares a las de Chile, la renta de Nigeria se multiplicaría por siete.
El concepto de institución utilizado por Acemoglu es amplio y comprende el conjunto de “reglas formales e informales que rigen las interacciones humanas”.
Abarca desde el derecho laboral a la protección de la propiedad y los contratos (seguridad jurídica), pasando por los costes de transacción, los derechos de propiedad, las infraestructuras o el sistema educativo como medio de ampliar las posibilidades de las personas.
Otra de las líneas de investigación de Acemoglu, destacada por el jurado, es el análisis en las diferencias dentro del mercado laboral.
Según el jurado, “demostró cómo un cambio tecnológico dirigido es capaz de explicar una serie de observaciones aparentemente contradictorias, como el aumento simultáneo del salario de trabajadores cualificados y de su oferta”.
En principio parecía una paradoja que habiendo cada vez más oferta de trabajadores cualificados, su salario no solo no disminuyera sino que aumentara, pero Acemoglu demostró que se debía a que, al sumar a esa cualificación el factor tecnológico, la productividad de esos trabajadores aumentaba y eso hacía que su sueldo también subiera.
Sus enfoques más recientes le han llevado a analizar la vinculación entre las nuevas tecnologías y la economía, con especial foco en las interacciones que se generan en las redes.
Daron Acemoglu (Estambul, Turquía, 1967) se graduó en la Universidad de York (Reino Unido) en 1989 y se doctoró en 1992 en la London School of Economics, donde fue profesor durante un año.
En 1993, se convirtió en miembro del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) donde actualmente ocupa la Cátedra Elizabeth and James Killian de Economía.
Ha publicado alrededor de 120 artículos en revistas de prestigio internacional como American Economic Review, el Quarterly Journal of Economics o Review of Economic Studies, además de cuatro libros.
Es miembro de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias, de la Asociación Económica Europea y de la Econometric Society.
Además, con solo 44 años fue director de la revista Econometrica. Durante su trayectoria profesional ha recibido numerosas distinciones, entre las que destacan la medalla John Bates Clark, que la Asociación Americana de Economía otorga cada dos años al economista estadunidense más influyente menor de 40 años, y que Acemoglu recibió en 2005.
Fuente: NOTIMEX