Cuando hablamos de seguros, muchos se enfocan únicamente en el precio de la prima o en cuánto cubre la póliza. Pero hay dos conceptos que, si no entiendes bien, pueden llevarte a sorpresas muy desagradables al momento de usar tu seguro: el deducible y el coaseguro.
Saber cómo funcionan puede marcar la diferencia entre sentirte protegido o sentirte abandonado en una emergencia. Aquí te explico de forma clara y directa por qué son tan importantes.
🔍 ¿Qué es el deducible?
Es la cantidad fija de dinero que tú debes pagar primero de tu bolsillo antes de que el seguro comience a cubrir el resto.
🧠 Ejemplo:
Imagina que tienes un accidente y los gastos médicos suman $50,000.
Si tu deducible es de $10,000, tú pagas esos $10,000 y el seguro cubre a partir de ahí.
💡 Entre más alto sea el deducible, más baja suele ser la prima… pero más pagarás si llegas a necesitarlo.
🔍 ¿Qué es el coaseguro?
Es un porcentaje de los gastos cubiertos que también corre por tu cuenta después de pagar el deducible. Es decir, compartes el costo con la aseguradora.
🧠 Ejemplo:
Sigamos con los $50,000 de gastos, y ya pagaste el deducible de $10,000.
Quedan $40,000.
Si tu coaseguro es del 10%, entonces pagarás $4,000 adicionales, y la aseguradora cubre los $36,000 restantes.
💡 Muchos seguros tienen un tope máximo para el coaseguro. Revísalo con atención.
⚠️ ¿Por qué es clave entender estos dos puntos?
Porque puedes contratar un seguro pensando que estás cubierto al 100%, y al momento de un accidente o enfermedad, enfrentarte a cuentas de miles de pesos que no tenías contempladas.
📝 Antes de firmar cualquier póliza:
✅ Pregunta por el monto exacto del deducible.
✅ Conoce el porcentaje de coaseguro y su tope.
✅ Calcula cuánto podrías pagar de tu bolsillo en un siniestro promedio.
✅ Asegúrate de que ese gasto potencial no desequilibre tus finanzas personales.
Un seguro es una herramienta poderosa de protección financiera. Pero no basta con tener uno. Hay que entenderlo y elegirlo con inteligencia. Los deducibles y coaseguros no son letras pequeñas: son las reglas del juego. Conócelas, compáralas y decide con claridad.
Porque más que firmar un contrato, estás construyendo tu red de seguridad.