La economía conductual es una rama de la economía que estudia cómo las emociones, sesgos y comportamientos humanos influyen en las decisiones económicas. A diferencia de la economía tradicional, que asume que las personas toman decisiones racionales y maximizan sus beneficios, la economía conductual reconoce que nuestras decisiones financieras no siempre son lógicas ni óptimas. De hecho, están influenciadas por factores psicológicos, sociales y cognitivos.

¿Cómo influye la economía conductual en nuestras decisiones financieras?

  1. Sesgo del presente: Uno de los principales conceptos de la economía conductual es el sesgo temporal o sesgo del presente. Las personas tienden a dar más valor a las recompensas inmediatas que a los beneficios futuros, lo que nos lleva a gastar en el presente en lugar de ahorrar para el futuro. Este comportamiento explica, por ejemplo, por qué muchas personas prefieren gastar dinero en un capricho inmediato en lugar de ahorrar para su retiro.
  2. Aversión a la pérdida: Según este principio, las personas sienten más dolor por una pérdida que satisfacción por una ganancia del mismo tamaño. Esto puede llevar a decisiones financieras irracionales, como negarse a vender una inversión en pérdidas por no querer aceptar la pérdida, aunque seguir manteniéndola pueda ser perjudicial a largo plazo.
  3. Anclaje: Las personas suelen basar sus decisiones en un valor inicial que sirve como “ancla”. Por ejemplo, al negociar el precio de una casa o un coche, el precio inicial presentado influirá en las expectativas de valor, incluso si no es representativo del verdadero valor de mercado.
  4. Efecto de encuadre: La forma en que se presenta la información puede cambiar completamente la decisión que tomamos. En las finanzas, esto se ve claramente en productos como seguros o inversiones, donde términos como «ganancia probable» suenan más atractivos que «pérdida posible», aunque los riesgos sean los mismos.
  5. Sobreconfianza: Muchas personas sobrestiman su capacidad para tomar decisiones financieras acertadas. Este exceso de confianza puede llevar a inversiones riesgosas o a la falta de diversificación, ya que creen que pueden predecir los movimientos del mercado con mayor precisión de la que realmente tienen.
  6. Mentalidad de grupo: La economía conductual también explora cómo las decisiones financieras están influenciadas por lo que hacen los demás. Cuando muchas personas invierten en un activo específico, se crea una «burbuja» y la gente tiende a seguir la tendencia, por miedo a quedarse fuera o «perderse» una oportunidad.

Aplicaciones en el mundo real

La economía conductual ha tenido un gran impacto en la forma en que se diseñan productos financieros, campañas de ahorro y políticas públicas. Por ejemplo, en muchos países se han implementado nudges (empujones), pequeñas intervenciones que guían a las personas hacia decisiones más racionales. Un ejemplo clásico es la inscripción automática en planes de pensión, donde los empleados deben optar por no participar en lugar de inscribirse activamente. Esto ha aumentado significativamente las tasas de ahorro para la jubilación, aprovechando la tendencia natural de las personas a evitar la inacción.

¿Cómo podemos mejorar nuestras decisiones financieras?

  • Automatiza tus ahorros: Aprovecha el sesgo del presente automatizando el ahorro para que no dependas de tu autocontrol diario.
  • Diversifica tus inversiones: Minimiza el riesgo de caer en la trampa de la sobre confianza diversificando tu cartera.
  • Sé consciente de los sesgos: Identificar los sesgos que influyen en tus decisiones puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y racionales.

Al ser conscientes de los sesgos que afectan nuestras elecciones, podemos diseñar estrategias para mejorar nuestra salud financiera y evitar los errores comunes que surgen de nuestras propias limitaciones psicológicas.