¿Qué es la salud financiera?

De acuerdo con la Política Nacional de Inclusión Financiera, emitida por el Gobierno de México, es “aquel estado que posibilita que las personas sean capaces de manejar sus finanzas de manera adecuada, permitiéndoles hacer frente a sus gastos cotidianos, afrontar variaciones negativas en sus flujos de ingresos y aumentos desproporcionados o inesperados en sus gastos (tener resiliencia), lograr sus metas y aprovechar oportunidades para lograr su bienestar y movilidad económica”.

La salud financiera contempla cuatro elementos: el manejo de las finanzas diarias, la resiliencia, la seguridad en el futuro financiero y el control.

Recuerda, el manejo efectivo de las finanzas diarias son los cimientos de una buena salud financiera, pues consiste en que una persona, o una familia, sea capaz de planear sus ingresos, gastos y ahorro para el futuro, esto a través de la elaboración de un presupuesto, y así evitar contraer deudas o, en su caso, pagar las cuentas a tiempo.

Al pensar en resiliencia se entiende como la capacidad de una persona para adaptarse, enfrentar y superar cualquier tipo de crisis económica que experimente. Este punto contempla las redes de apoyo financiero (créditos, seguros, red social) y también la preparación para los posibles contratiempos que puedan suceder.

Además, la seguridad en el futuro financiero es la facultad de las personas para lograr sus metas. Y el control se define como el grado de dominio percibido sobre la capacidad y confianza de influir en su situación económica actual y futura. Estos dos últimos conceptos (seguridad y control) están íntimamente relacionados, ya que la seguridad genera el control de las finanzas, y viceversa.