Con frecuencia me preguntan en qué invertir. No puedo decírtelo, pues no todos deben invertir en los mismos instrumentos, así que debes conocerlos, comparar y evaluar si es lo que conviene a tu plan de inversión.
Identifica aquí algunos de los mercados a considerar.
Mercado de deuda:
Es un mercado financiero donde se negocian títulos de deuda. En este recurren los gobiernos y las empresas con el objeto de obtener financiamiento por medio de la emisión de bonos, los cuales se comprometen a pagar con una tasa de interés al público inversionista.
Una de las características de los títulos de deuda es que pueden ser de corto, mediano y largo plazo y entre sus ventajas está su liquidez, además de tratarse de una inversión de bajo riesgo. Algunos instrumentos de este mercado son los Certificados de la Tesorería (Cetes), los Bonos de Desarrollo (Bondes), Bonos IPAB (BPA), Bonos de Regulación Monetaria (BREM) y Certificados bursátiles, entre otros.
Mercado de capitales:
En este mercado las empresas que necesitan capital para expandirse solicitan fondos de financiamiento, ya sea por medio de la compra-venta de acciones, obligaciones o títulos de deuda de largo plazo. Es así que al invertir en este mercado puedes volverte socio de alguna empresa, en parte proporcional a lo invertido. Pero antes de elegir esta opción, debes considerar que tienen un elevado riesgo, por lo que se aconseja no destinar altos porcentaje de tu patrimonio.
Mercado de derivados:
La característica principal de este mercado es que el precio y valor de sus instrumentos dependen del precio de otro activo conocido como activo subyacente, el portal TradeATF nos da un ejemplo fácil de comprender: imagina que eres dueño de una cafetería y, por tanto, debes contar con suficiente suministro de materia prima para atender tu negocio. Para esto, te ofrecen un convenio con un agricultor, en el cual te comprometes a comprar 3 kilos de café para el próximo mes.
El precio que se pagará por los 3 kilos de café será 80 USD, y será cancelado antes de la entrega, sin importar que el valor de la materia prima suba o baje al momento de realizar el desembolso.