Las recomendaciones comunes en temporadas de alto consumo como ésta, se enfocan a realizar compras informadas, ahorrar, hacer un presupuesto, usar bien las tarjetas de crédito y consumir inteligentemente. Todo lo anterior enfocado al beneficio de tu economía personal, pero ¿alguna vez has pensado en el daño ecológico derivado de tus decisiones de consumo?

Profeco ha publicado un interesante artículo sobre la huella de carbono que dejamos con nuestro paso por el mundo, especialmente a través del consumo desmedido. Por ello, cuando nos hacemos consumidores responsables, no sólo estamos ahorrando sino también reduciendo nuestra contribución al deterioro del medio ambiente.

Aquí algunos de los datos que Profeco publica:

Huella de carbono

La huella de carbono nace como una medida para cuantificar que tanto contribuye una persona a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

La huella de carbono es la cantidad de emisiones, de gases de efecto invernadero, que produce el ser humano al fabricar un producto o realizar sus actividades diarias. Es la huella que se deja en nuestro paso por el planeta y se expresa en toneladas de CO2 emitidas.

El CO2 es dióxido de carbono, uno de los principales gases de efecto invernadero (GEI). Es una molécula muy común de origen natural, presente en la atmósfera de la Tierra. Todos los seres humanos y animales exhalan dióxido de carbono cuando respiran y las plantas lo absorben durante un proceso llamado fotosíntesis.

No obstante, los aumentos en el CO2 atmosférico asociado con las actividades humanas puede representar problemas. Por ejemplo, la quema de combustibles fósiles libera más CO2 en la atmósfera y aunado a esto, la destrucción de las áreas boscosas hace que los árboles absorban menos CO2. Esto provoca un aumento de temperatura de la atmósfera causando inestabilidad climática.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales la certeza científica sobre la relación actividades humanas-aumento de la temperatura global, ha sido documentada por académicos y organismos especializados de todo el mundo, y desde hace varias décadas el tema se analiza en foros internacionales.

Todos los seres humanos tenemos responsabilidad, en menor o mayor grado, pues nuestras actividades involucran mecanismos que generan GEI.

Si no se reducimos las emisiones y mejoramos la eficiencia en el uso de recursos las consecuencias serán, de acuerdo con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés)

  • Calentamiento gradual de la Tierra. Algunas regiones podrían aceptar gustosamente temperaturas más cálidas, pero otras no.
  • Las condiciones climáticas más cálidas probablemente llevarán a una mayor evaporación y a más precipitación en general, pero el impacto variará según las regiones: algunas se volverán más húmedas y otras, más secas.
  • Un efecto invernadero más fuerte calentará los océanos y derretirá parcialmente el hielo y los glaciares, lo que aumentará el nivel del mar. El agua del océano también se expandirá si se calienta, lo que provocará un mayor aumento del nivel del mar.
  • Mientras tanto, ciertos cultivos y ciertas plantas podrían responder favorablemente al aumento del CO2 atmosférico, creciendo más vigorosamente y usando el agua de manera más eficiente. Asimismo, las elevadas temperaturas y los cambiantes patrones climáticos podrían cambiar las áreas donde crecen mejor los cultivos y afectar la composición de las comunidades naturales de las plantas.

¿Cómo reducir tu huella de carbono y ahorrar?

Para contribuir a mejorar el planeta y reducir tu huella de carbono, te compartimos algunas acciones a seguir:

Acciones

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