Cada año te propones ahorrar y en menos de dos meses ya ni siquiera te acuerdas para qué querías ahorrar; prometes que «este año» sí vas a poner orden en tus finanzas personales y ni siquiera tienes un cuaderno donde apuntes tus ingresos y egresos.
Hacer propósitos cada año es un reto, porque la mayoría de las veces solemos abandonar en los primeros dos meses. Esto suele ser porque los hicimos de forma arrebatada, tal vez sin reflexionarlo y, especialmente, sin un plan.
Un plan es fundamental para cumplir un propósito, y los propósitos pocas veces van a funcionar si no tenemos objetivos claros, concretos, específicos, incluso medibles. Vamos de los sueños, a los objetivos y de ahí a los propósitos. Así se van haciendo claros y concretos, lo siguiente es que sean realistas.
Los propósitos deben ser algo que realmente quieras hacer, que sea algo que realmente desees realizar y no aquello que crees que debes hacer o de alguna manera te sientas presionado. Por ejemplo si aún tienes deudas o desconoces el mundo de las inversiones, no te pongas como propósito «este años sí invierto en la bolsa»; al menos que realmente lo desees y sigas un plan desde aprender a hacerlo hasta tener el excedente para hacerlo.
Cuando hacemos propósitos que son autoimpuestos, o que consideramos que son lo correcto pero que tal vez no necesitamos o queremos hacer, es muy probable que fracasemos en cumplirlos. Y entonces, al llegar a marzo prácticamente habremos olvidado los propósitos que hicimos de forma apresurada, y lo dejamos en deseos de algo que nos gustaría cumplir. Muchas veces al ver que no lo hemos siquiera iniciado nos sentimos frustrados y abandonamos el intento.
Es por ello que requieres seguir una estrategia para hacer propósitos, y no confundirlos con los deseos de año nuevo que piensas mientras te atragantas con las uvas.
Ya sea para las finanzas personales o para tu vida personal, te comparto esta guía para elaborar propósitos que sí funcionen.
GUÍA RÁPIDA PARA HACER PROPÓSITOS QUE SÍ PUEDAS CUMPLIR
- Diferencia entre sueños, objetivos y propósitos. Un sueño es tener el cuerpo de una super modelo (pero tal vez tu complexión no te lo permita); tu objetivo es mejorar tu cuerpo de forma que te sientas más satisfecha. El propósito será alimentarte mejor y ejercitarte.
- Para tener propósitos exitosos primero piensa en tus errores frecuentes en otras ocasiones, aquello que años tras año te ha impedido lograrlo.
- Si ya identificaste tus fallas, cambia el enfoque y replantea tu propósito, así será más probable que veas resultados reales este año. Si te esforzaste todo el año en ir al gimnasio a levantar pesas y no lo lograste, tal vez las pesas no sea lo tuyo: ¡inscríbete a clases de baile!
- Escribe tu propósito de año nuevo en papel. Esto, como ya hemos hablado antes, escribir te permitirá hacerlo consciente, pues el proceso de escribir hace que tu cerebro conecte con lo que escribes.
- Haz propósitos que dependa de ti, no de otros. No pretendas cosas como ¡ahora sí voy a tener novio! Se realista en lo que tú puedes lograr.
- Planea tus propósitos con tiempo, para que puedas prepararte adecuadamente. Estudia al respecto de tus propósitos: si deseas controlar tu peso, estudia sobre nutrición, tipos de alimentos, costos de nutriólogos, etc.
- Elige una fecha para comenzar como una forma de comprometerte contigo.
- Inicia en la fecha programada, ¡no la cambies!
- Una vez iniciado el esfuerzo hacia tu propósito, acepta las pequeñas caídas. Sigue adelante.
- Y ante las pequeñas conquistas, date una recompensa. Si has bajado un par de kilos, regálate una camisa nueva, por ejemplo.
Trackbacks/Pingbacks