Como cada 15 de junio, hoy se conmemora el Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez. Un problema cada vez frecuente en el mundo. Las cifras nos dicen, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 2020 y 2021, aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios.
Los abusos suelen ser perpetrados por familiares, cónyuge, hijos y sobrinos, así como cuidadores; y dicha violencia se manifiesta en forma de maltrato físico, psicológico, sexual o financiero, o como negligencia y abandono.
Este es un tema del que poco se habla en el país, y por ello es muy importante aprovechar el día para visibilizarlo y especialmente, en esta página hablar del abuso financiero del que suelen ser muy vulnerables, especialmente cuando media la tecnología en el uso de sus recursos.
El abuso financiero ocurre cuando alguien se roba el dinero o las pertenencias de una persona mayor. Esto puede incluir la falsificación de cheques, el cobro de la pensión o jubilación o de los beneficios del Seguro Social, o bien, el uso de las tarjetas de crédito y las cuentas bancarias de otra persona sin su permiso. Esto también incluye el cambio de nombre en un testamento, una cuenta bancaria, una póliza de seguro de vida o el título de una casa sin el permiso adecuado.
Signos del abuso
Algunos de los signos de que una adulta mayor está sufriendo abuso financiero pueden ser:
- Control injustificado de sus finanzas por parte de otra persona.
- Falta de conocimiento en materia de finanzas.
- Rechazo a tomar decisiones o pagar facturas sin consultar a otra persona.
- Reportes inusuales en los estados de cuenta (retiros de dinero importantes en breves periodos de tiempo, cerrar cuentas y traspasar el dinero a otras, etcétera).
- Elaboración de documentos para que firme la persona mayor, pero sin que ella pueda explicar o entender el propósito de estos.
- La forma de vida de la persona mayor no se ajusta a su capacidad económica.
Es decir, el abuso financiero resta toda autonomía económica a las adultas mayores y representa una violación a sus derechos humanos.