El ecosistema político y económico, indispensables para la sostenibilidad, han pasado de ser un tema de conversación a una preocupación real, pero ¿podemos convertir en realidad ese futuro?

La pandemia por COVID-19 ha disparado desigualdades en el mundo en cuanto a la pobreza, seguridad alimentaria, educación y desnutrición. En México las pequeñas y medianas empresas (PyMes) son, hasta ahora, las más afectadas en materia de empleos, el Instituto Mexicano del Seguro Social; calcula que se han perdido más de 1 millón de puestos.

En ese sentido es urgente encontrar soluciones y alternativas que permitan que la sociedad prospere,  una guía de de ello puede ser la Agenda 2030 para lograr los Objetivos de De­sarrollo Sostenible (ODS), impulsados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Bajo este mismo panorama la ciudad de Amsterdam acaba de incorporar oficialmente el modelo Economía del Donut, para poner en marcha su economía post-coronavirus. Se trata de una teoría hecha por la economista Kate Raworth, que se sostiene en un modelo poco habitual ¡existen límites!

Sus planteamientos son fruto del trabajo de los últimos 20 años con microempresarios en las aldeas de Zanzíbar (Tanzania), siendo coautora del Informe de Desarrollo Humano para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Nueva York y, como investigadora en Oxfam.

La economía del Donut plantea que el desafío de la humanidad del siglo XXI es satisfacer las necesidades de todos, dentro de un nuevo modelo de prosperidad que proporcione desarrollo económico, respete los límites planetarios y, sobre todo, se base en la equidad.

En otras palabras, para garantizar que nadie se quede corto en lo esencial de la vida (alimentos, vivienda, atención médica y voz política), al tiempo que se garantiza que colectivamente no se sobrepase la presión sobre los sistemas de soporte vital de la tierra.

Antes de la economista británica, el sueco Johan Rockström definió los límites planetarios de nueve procesos fundamentales para la estabilidad del sistema tierra, aspectos como: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación. La representación de todo esto es la del planeta rodeado de unos círculos que representan, precisamente, esos límites que conviene no superar. Raworth añade límites por dentro los cuales derivan de nuestro propio bienestar, al incluir estos círculos concéntricos interiores surge una representación gráfica en forma de dona.

Al respecto Marion Benítez, Directora General de Cumplo México argumenta, “Los ODS son una gran labor de todos, incluidas las empresas, que son parte de la solución de los grandes problemas a los que nos desafían en 2020”. Los empresarios de México enfrentan un verdadero reto por la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19 y la falta de liquidez o flujo de efectivo para mantenerse operando será su dificultad primordial.

El principal aprendizaje de todo esto debe ser el bienestar como objetivo fundamental, por lo cual tocará revisar la planificación y los presupuestos de cada organización. No es, desde luego, una tarea fácil pero el paso que ha dado Amsterdam supone un importante ejemplo de cómo abordar la emergencia climática y económica que vivimos.

Cumplo forma parte del Sistema de empresas B, las cuales se caracterizan por “buscar dar una solución a problemas sociales y medioambientales desde el negocio mismo” y tiene como objetivo principal; democratizar el sistema financiero, conectando a empresas que necesitan financiamiento para crecer con personas que están dispuestas a prestarles el dinero, a una tasa justa. A través de la tecnología, la plataforma logra desintermediar el sistema financiero, haciéndolo más justo y accesible para empresas e inversionistas.

“Es responsabilidad de todos el cuidado y el progreso de nuestra sociedad. Hoy es momento de actuar, el sector privado es uno de los pilares más importantes para el  desarrollo sustentable. La cuenta progresiva comenzó, contamos con 10 años por delante para crear organizaciones más sociales, más igualitarias y que, en definitiva, mejoren la calidad de vida de las personas.” concluyó Marion Benítez.