La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) presenta hoy la 11ª. entrega de su serie “Documentos de Trabajo” (Working Papers) dedicado en esta ocasión a la presentación de un diagnóstico sobre el Sistema de Ahorro para el Retiro, sus orígenes, su funcionamiento, sus beneficios y los retos que enfrenta.

El documento contextualiza al lector con respecto a la composición población de México y sus cambios: El país experimenta una “transición demográfica” caracterizada por el envejecimiento de su población, explicada principalmente por una disminución en las tasas de fecundidad y un aumento de la esperanza de vida.

En lo que se refiere a la tasa de fecundidad, ha disminuido significativamente: en 1950 una mujer tenía en
promedio 6.75 hijos, mientras que en 2000 esta cifra se redujo a 2.61 hijos y se espera que llegue a 1.71
hijos en 2050. Mientras que la esperanza de vida al nacer se incrementó de 50.7 años en 1950 a 74.9 años
en 2000 y se proyecta que alcance 83.4 años en 2050.

A su vez, la esperanza de vida de un mexican@ al cumplir los 65 años prácticamente se duplicó en tres
décadas y se espera que siga avanzando sostenidamente durante las siguientes tres.

En la medida que las generaciones adultas vivan más años y las generaciones jóvenes disminuyan en número respecto a las previas, debido a la menor fecundidad, la población en su conjunto tenderá a envejecer. Esto se aprecia en el ensanchamiento de las pirámides poblacionales al transcurrir del tiempo.

Visto de otra forma, en 1980, la proporción de personas con 60 años o más en nuestro país era equivalente
al 5.5% de la población y para 2017 había alcanzado 10.1%. Según las proyecciones de Naciones Unidas,
para el año 2050 representará aproximadamente el 24.6% de la población mexicana.

En número de personas, la población mayor de 65 años pasará de 9.7 millones en 2019 a 30.9 millones de
mexicanos en 2050.

México aún tiene una población predominantemente joven, ya que cerca del 50% de los mexicanos tiene 30
años o menos. No obstante, se prevé que derivado del acelerado proceso de envejecimiento poblacional,
hacia el año 2050, la proporción de personas mayores de 60 años estará cerca de superar a la de menores de
30 años.

Otro indicador que da cuenta del intenso proceso de envejecimiento en nuestro país es la edad media de la
población. Durante los últimos 30 años del siglo pasado, dicha variable pasó de 21.8 años en 1970 a 26.6 en
el año 2000, es decir, se incrementó casi 5 años. Se espera que en ese mismo lapso de tiempo de 2000 a
2030-la edad promedio aumente más de 10 años, alcanzando 37 años en 2030; y 43 años en 2050.

Una consecuencia de la transición demográfica es el cambio en la relación de “dependencia” entre diferentes
generaciones. Ello ha generado retos importantes para el sistema de seguridad social, en particular para los
esquemas de pensiones tradicionales. En un sistema de reparto y beneficio definido, conforme avanza la
transición demográfica hay cada vez menos contribuciones de trabajadores activos para financiar las
pensiones de los jubilados. En México, en 2010 por cada 100 personas en edad de trabajar había 9
dependientes mayores (individuos de 65 años y más); para 2050 los dependientes aumentarán a 29 y para
2100 a 62.

FUENTE: CONSAR