En una frenada en mojado a 80 km/h un neumático desgastado necesita hasta 18,6 metros más de distancia para detenerse.Sólo un tercio de los conductores sabe en qué estado se encuentran los neumáticos de su coche.
¿Sabes cuál es la profundidad mínima legal del dibujo de los neumáticos? ¿Y en qué estado están los neumáticos de tu coche? Según una encuesta realizada por Continental a conductores alemanes sólo una tercera parte conoce la profundidad aproximada del dibujo de los neumáticos de su vehículo. Unos neumáticos con una profundidad del dibujo entre ocho y cuatro milímetros son sinónimo de seguridad. Por debajo de esta medida su capacidad para evacuar agua se reduce drásticamente y, por consiguiente, aumenta la posibilidad de sufrir un accidente.
La profundidad mínima del dibujo es de 1,6 milímetros, pero es altamente recomendable sustituir los neumáticos antes de llegar a los dos milímetros. La forma de comprobarlo es mediante una serie de testigos avisadores que suelen llevar los neumáticos, pero con una moneda se puede comprobar de manera sencilla. Se coloca la moneda en la parte grabada de la banda de rodadura y, si el aro dorado del borde de la moneda queda cubierto por la goma del neumático, es que todavía tiene una profundidad suficiente.
Frenadas más largas y riesgo de aquaplaning
En una frenada de emergencia sobre suelo mojado a 80 km/h de velocidad con unos neumáticos cuyo dibujo tiene una profundidad de tres milímetros el vehículo tarda 9,5 metros más en detenerse por completo que con neumáticos nuevos, la distancia aproximada de dos coches. Además, al pasar por el punto donde se habría detenido en caso de equipar neumáticos nuevos el coche todavía se desplaza a una velocidad de 34 km/h.
Es esta misma situación el mismo vehículo equipado con unos neumáticos con el mínimo de dibujo permitido (1,6 mm) necesitaría 18,6 metros más para detenerse y tendría una velocidad residual de 44 km/h.
El tamaño de la superficie de contacto de un neumático con la carretera (la huella de contacto) es aproximadamente el de una postal, lo que implica una superficie pequeña. En una situación en la que se produce aquaplaning la superficie se reduce aún más. El aquaplaning es la pérdida total o parcial de contacto con el suelo (y por consiguiente una pérdida de control del vehículo) debido a la incapacidad del neumático para evacuar el agua que se encuentra sobre el firme.
La velocidad disminuye la huella de contacto y ayuda al aquaplaning, pero la profundidad del dibujo es un factor crucial. Cuanto más desgastado se encuentra un neumático más fácil es sufrir aquaplaning, hasta el punto de que un neumático con el dibujo mínimo permitido a 90 km/h pierde casi por completo el contacto con el asfalto.
Unos neumáticos desgastados aumentan la posibilidad de sufrir un accidente por aquaplaning y por alcance, debido a su mayor distancia de frenado y menor agarre.