Hay veces que cambiar pequeñas rutinas o adoptar nuevos hábitos pueden mejorar con creces nuestro bienestar diario. Pequeñas acciones que potencian la comunicación, mejoran la salud, promueven una mejor organización o incluso incrementan la buena relación con nuestros compañeros.

Si es en la oficina donde pasamos más horas a lo largo de nuestro día, al menos que sean productivas. La luz, las instalaciones, lo muebles o la temperatura son cuestiones que pueden influirnos de manera directa. Pero también hay otras que dependen solo de nosotros y de nuestras decisiones. Especialistas en mobiliario de oficinas proponen siete consejos que, seguro, te ayudarán a mejorar el día a día en la oficina.

Pasar el día sentado ha pasado de moda

El sedentarismo es enemigo de nuestra felicidad emocional. Intenta realizar el mayor número de actividades de pie y muévete en la medida de lo posible. Aumentará tu estado de ánimo, tu productividad y tu bienestar. Y con ello no queremos decirte que te vayas a pasear, pero intenta levantarte a coger el teléfono, ve al trabajo andando o intenta combinar la silla con conversaciones en otros lugares.

 

Reuniones en mesas altas

Las reuniones de pie funcionan. Dedicar los primeros minutos del día a planificar el resto de la jornada en equipo permitirá otorgar prioridades a cada tarea y a lidiar con la sensación de no llegar a todo. Y si encima lo haces en una mesa alta, obligados a mantener activo el sistema nervioso, seguro que lo hacen más concentrados. Movimiento y organización son claves para combatir el estrés.

 

Aprende a no dejar de aprender

Proponte nuevos retos constantemente, fórmate y actualiza tus conocimientos. El cambio de paradigma laboral pone a nuestro alcance una forma de trabajar más flexible, y los trabajadores que mejor se adapten a los cambios serán aquellos que desarrollen su carrera con mayor satisfacción. Descubrimos que nuestro mundo es muy pequeño cuando abrimos la mente a nuevos. ¡La motivación es lo única que nunca cambiará!

 

Conecta con tus compañeros para desconectar

Tener una zona de socialización en el espacio de trabajo es crucial para desconectar. Un breve descanso para improvisar una charla es además sorprendentemente productivo. Tanto, que se ha documentado que es en esos encuentros informales donde se producen las interacciones más valiosas entre equipos ¡hasta un 80%!

 

 

 

Estado: No disponible

El correo, las redes sociales, el smartphone… tenemos tantas formas de permanecer conectados, que es casi imposible desconectar. Miles de interrupciones nos acechan constantemente, y no nos dejan dar lo mejor de nosotros en un único tema. Esto afecta a nuestra eficiencia y por consiguiente a nuestro estrés. Aprender a ponernos en ´Modo No Disponible´ puede recargar nuestro bienestar.

Que el ejercicio sea parte de tu rutina

Son de sobra conocidos los beneficios del ejercicio físico para ayudarnos a liberar tensiones y reducir el estrés. Por eso, y aunque no es fácil sacar tiempo para practicarlo, es conveniente aprovechar cualquier oportunidad: desde ir al trabajo en bicicleta cuando se pueda, evitar ascensores o incluso seguir rutinas diseñadas para realizar durante la jornada laboral.

Bájale al café

El café es un clásico al que acudimos para activarnos o incluso para propiciar una breve pausa. Pero lo cierto es que si aprovechas esas pausas para tomar zumos, fruta, frutos secos u otros alimentos saludables, pronto notarás una mejoría física y emocional.

En definitiva, son pequeñas aportaciones que sumadas todas ellas, pueden suponer un cambio sustancial en tu día a día. Nosotros solo proponemos, ahora te toca a ti ponerlas en práctica. Y recuerda, para convertir una acción en un hábito, necesitas practicarla durante al menos 21 días. ¿Te animas?