En la serie de notas de inversiones corresponde el momento de hablar sobre el mercado de derivados, un ámbito más complejo que el mercado de deuda y el mercado de capitales.
El mercado de derivados es un mercado mucho más complejo que los dos revisados anteriormente, ya que los instrumentos que se negocian allí son más sofisticados y con valuaciones mucho más especializadas.
Para participar en este mercado es recomendable tener un conocimiento técnico y teórico alto, además de contar con los recursos suficientes para hacer frente a los márgenes de garantía en algunos instrumentos. Pese a ello, cualquiera puede invertir de igual manera como en los otros mercados, siempre con el apoyo de los operadores autorizados y capacitados dentro del mercado de derivados.
Un instrumento derivado es un contrato financiero que se celebra entre dos partes, comprador y vendedor, el cual deriva su valor del valor de otro activo, conocido como activo subyacente.
Los instrumentos que se comercializan en este mercado funcionan como cobertura para los inversionistas que los adquieren, disminuyendo el impacto en el cambio del precio del activo subyacente. Entre ellos podemos encontrar futuros, forwards, swaps, entre otros.
Es importante tener en cuenta que a finales de 2016 se integró un nuevo intermediario importante que es la nueva Bolsa Institucional de Valores (Biva), lo que se espera ayudará a la competencia a bajar barreras de entrada, bajar precios y que más empresas de menor tamaño accedan al mercado accionario, ya que hasta ahora sólo había un intermediario, la “Bolsa de Valores de México”.
Con ello se espera avanzar en el desarrollo del mercado bursátil de México, ya que frente a otros países de similar desarrollo económico se encuentra bastante rezagado.