En el momento en que te conviertes en dueño de un automóvil, gozas de muchos beneficios pero también adquieres responsabilidades y compromisos. Uno de los más importantes es que no sólo tienes que cuidar tu automóvil y tu persona en contra de algún accidente, sino también proteger a los demás y sus bienes.
Esta obligación es jurídica y se conoce como responsabilidad civil. Establece que todo aquel que cause daño a otro, es responsable de indemnizarlo. Esta responsabilidad es ineludible y debes estar consciente de todo lo que implica, pues un accidente se puede traducir en graves consecuencias para terceras personas, que van desde lesiones menores hasta la discapacidad o la muerte.
En protección de las posibles víctimas de un accidente, como peatones, ciclistas y otros automovilistas, la responsabilidad civil se asienta en un marco jurídico a través de la Ley Federal del Trabajo.
De acuerdo a las últimas modificaciones de esta ley, la base de indemnización por muerte subió de 730 a 5,000 días de salario, lo que significa que si estás involucrado en un accidente como un atropellamiento y la persona muere, la cantidad a pagar aumenta a $3,880,200 pesos, una cantidad impagable si no cuentas con un respaldo.
Adicional a la Ley Federal del Trabajo, la legislación que asegure el cumplimiento de la responsabilidad civil tuvo un avance importante recientemente, pues durante el mes de abril de 2013, la Cámara de Diputados aprobó modificaciones a la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, en donde se contempla que todos los vehículos que transiten en carreteras federales deberán contar con un seguro que garantice a terceros los daños que pudieran ocasionarse en sus bienes y personas.
La mejor forma de asumir tu responsabilidad civil es previniendo con un seguro que cubra tu automóvil y los daños a terceros. La cobertura de un seguro automotriz te brindará el respaldo para afrontar tu obligación con los afectados y de esta forma evitarás también un desequilibrio grave a tu economía.
Con información de AMIS.