Por supuesto, cuando salgas a comer a la calle debes tomar en cuenta todas las condiciones de higiene que el sistema de salud nos recomienda: que los alimentos estén bien cocinados, que el lugar donde comas sea higiénico y que puedas lavarte las manos. Pero no es a eso a lo que me voy a referir esta vez, sino a cosas que no deberías hacer al comer cuando no estás en casa: comer en tu escritorio y comer de pie.

  1. ¿Por qué no debes comer en tu escritorio?

La premura, la falsa productividad o porque en tu oficina no tienes un lugar apropiado para comer, te hacen degustar tus alimentos en el propio escritorio lo que no es nada saludable para ti.

Al comer mientras estás en el escritorio no percibes cuánto y qué comes, así que no eres consciente de tu alimentación. Asimismo, al no ser consciente de lo que comes, tu cerebro no se sentirá saciado. Tu cerebro se enfoca en el trabajo, mientras que en automático sigues comiendo.

Asimismo, comer sentado y con la presión del ambiente laboral genera problemas digestivos; esto porque generalmente se come más rápido, comer demasiado rápido te hace tragar aire y ello lleva a padecer gastritis o colitis.

Además, si no te levantas del escritorio ni para comer, aumentas tus riesgos de padecer enfermedades cardíacas por las muchas horas de sedentarismo.

2. ¿Por qué no debes comer de pie?

Si eres de los que van a comer a los puestos callejeros y comes de pie, debes evitar esta práctica. Comer parados nos impide una adecuada digestión debido a que es más difícil relajarse y comemos rápido. Esto también hace que entre aire a tu organismo (al masticar mal y rápido), lo que te producirá mala digestión.

Una parte importante de la correcta digestión es masticar bien los alimentos, dando oportunidad para que en este tiempo se mezclen con la saliva primer paso del proceso digestivo.

Igualmente, tragar aire es el origen de muchos males derivados del gas intestinal. A esto se añade que, por falta de tiempo, generalmente se opta por comida rápida o de baja calidad nutricional, que es más calórica, con el riesgo de contribuir a la obesidad.

Los expertos recomiendan que, para tener una buena digestión, es aconsejable comer a un ritmo normal (ni lento ni rápido), masticar bien los alimentos y no tener distracciones que nos eviten la atención en los alimentos que ingerimos.

Recuerda que cuidar tu salud es también cuidar tu cartera y saber gastar.