• 36% de los mexicanos padecerá un desorden psiquiátrico antes de los 65 años. 
  • 14.3% de los mexicanos sufren ansiedad, siendo el trastorno psicológico más frecuente del país.
  • Los síntomas más comunes de la ansiedad incluyen sudoración, temblores y respiración acelerada.

La salud mental a pesar de ser un tema cada vez más discutido y reconocido en varios sectores del país, aún está rodeada de tabúes y mitos que no permiten un reconocimiento y tratamiento adecuado, lo cual es preocupante en un país como México, donde se estima que un 36% de los mexicanos padecerá un desorden psiquiátrico antes de los 65 años y el 14.3% de la población padece de ansiedad actualmente.

Si bien sentir ansiedad de forma ocasional o ante situaciones específicas no es extraño, si es de manera frecuente y no se trata, puede comprometer la productividad y calidad de vida de los que la padecen. Sin embargo y por más increíble que parezca, algunas personas no saben identificar las señales del padecimiento, los cuales incluyen: sensación de nerviosismo o tensión, aumento del ritmo cardiaco, respiración acelerada, sudoración, temblores, problemas para conciliar el sueño y problemas intestinales, entre otros.

Bupa México, empresa de salud integral que comercializa seguros de gastos médicos mayores, consciente de que la ansiedad y sus variantes son los trastornos mentales más comunes del mundo, comparte seis herramientas sencillas para controlarla y saber cuándo es necesario pedir ayuda profesional:

  • Llevar una dieta balanceada: bebidas con cafeína, alimentos procesados, con grasas trans y altos en azúcar, pueden alterar y aumentar el ritmo cardiaco dando una sensación de nervios. Por eso, es recomendable optar por una alimentación equilibrada que cuente con los tres grupos alimenticios: verduras y frutas, leguminosas y alimentos de origen animal, y cereales.
  • Hacer ejercicio: el ejercicio, ya sea cardio o de fuerza, generan endorfinas en el cerebro y provocan liberación de tensión y estrés, útiles en el manejo de la ansiedad.
  • Planificación del tiempo: si bien no pueden evitarse situaciones inesperadas; hacer una planificación de las tareas en tiempo y forma generará una sensación de organización y control. El uso de agendas o calendarios serán tus aliados.
  • Relajación: la meditación, el yoga, la aromaterapia o momentos simples como tomar un baño sin prisa son alternativas accesibles para relajarse desde casa. Si bien el ver alguna serie, película o programa puede ayudarnos a descansar, no se sugiere como opción para relajarse, pues la luz azul de los dispositivos alterará al cerebro y lo mantendrán alerta, efecto contrario al que se busca obtener.
  • Dormir: dormir menos de 7 horas al día representa un problema para el organismo, pues se mantiene activo y aumenta la secreción de adrenalina, incrementando la frecuencia cardiaca y por ende la ansiedad. 
  • Buscar ayuda de un especialista: cuando la ansiedad interfiere con el trabajo, relaciones y otros aspectos de la vida, así como malestares físicos, son señales claras de que se debe asistir con un especialista, ya que en consultas podremos tener herramientas personalizadas para que disminuya y podamos desempeñar nuestras actividades diarias sin problema. 

Gracias al avance en digitalización del sector salud que ha centrado sus esfuerzos en el mejoramiento de los servicios en línea, tanto privados como públicos, ahora se cuenta con consulta psicológica a distancia. Ya sea por llamada, chat o videollamada, algunos especialistas atienden padecimientos como la ansiedad y la depresión, entre otros, sin que los pacientes salgan de sus hogares.

Un ejemplo es Bupa México, quien a través de su aplicación dan video consultas psicológicas gratuitas ilimitadas para todos sus asegurados hasta el día de hoy y desde su implementación en 2019, su servicio se encuentra disponible 24/7. En este sentido, las consultas a distancia en México son de suma importancia, pues abren la puerta a que más mexicanos tengan la oportunidad de atender padecimientos como la ansiedad, alcanzando una salud mental óptima y, por ende, un bienestar integral.